La Revolución mexicana fue la primera revolución social y política del siglo XX, que inició un dia como hoy pero hace 101 años y terminó oficialmente en 1917 con la promulgación de la Constitución de 1917.
Entre 1910 y 1920 México fue sacudido por una serie de luchas y revueltas conocidas como revolución mexicana, Que intentaron transformar el sistema político y social creado por Porfirio Díaz.
La revolución mexicana nació en un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los estamentos más privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales.
Si bien el país gozaba de prosperidad económica, las continuas reelecciones de Díaz causaban insatisfacción política entre las nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habían alcanzado a los grupos más pobres de la sociedad.
El movimiento revolucionario estalló en 1910, porque la dictadura de Porfirio Díaz había concentrado el poder económico y político en muy pocas manos, había cerrado los caminos de superación de personas y comunidades, y había cancelado las libertades individuales.
Francisco I. Madero, junto con los hombres y las mujeres que lo siguieron, demandaban que las libertades y los derechos políticos fueran efectivos, que no se persiguiera a quienes deseaban elecciones libres y que Porfirio Díaz, quien llevaba 30 años en el poder, no se volviera a reelegir.
La Revolución se nutrió con la lucha de los hermanos Flores Magón por la justicia, con la demanda de “Tierra y Libertad” de Emiliano Zapata, con el espíritu justiciero de Francisco Villa y con la lucha por la soberanía nacional de Venustiano Carranza. Con la simpatía del pueblo y el sacrificio de personas como Aquiles Serdán, la Revolución consiguió que Porfirio Díaz renunciara y que Madero fuera presidente.
La Revolución se nutrió con la lucha de los hermanos Flores Magón por la justicia, con la demanda de “Tierra y Libertad” de Emiliano Zapata, con el espíritu justiciero de Francisco Villa y con la lucha por la soberanía nacional de Venustiano Carranza. Con la simpatía del pueblo y el sacrificio de personas como Aquiles Serdán, la Revolución consiguió que Porfirio Díaz renunciara y que Madero fuera presidente.
Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias. Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Victoriano Huerta, Alvaro Obregon y Francisco I. Madero.
Un golpe de estado contra Madero resultó ser una restauración del porfiriato, pues las fuerzas conservadores habían tomado nuevamente el control político en la capital del país. Esta vez la dictadura mostró su verdadero rostro anulando todo tipo de libertades democráticas formales, asesinando al expresidente Madero y disolviendo el parlamento.
Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien promulgó la constitución de 1917. Paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920.
Los ideales y valores de la Revolución se plasmaron en la Constitución de 1917, que fue la primera en el mundo que consagró los derechos del pueblo a la educación, a la reforma agraria y a condiciones justas de trabajo.
En esta constitución se declara el derecho de los campesinos a poseer tierras; se establece el derecho de la nación a expropiar el capital extranjero; se distingue entre propiedad del suelo y del subsuelo, anulando así el derecho de las propiedades extranjeras a explotar el petróleo mexicano; se declara el derecho a la sindicalización, se fija la jornada máxima de 8 horas diarias y se establece un régimen de seguridad social. Finalmente, se comenzaba a realizar un reparto de tierras a los campesinos, dando así inicio a la Reforma Agraria.
Con la Revolución Mexicana se crearon condiciones para construir gradualmente un país con libertad y paz social, las promesas de libertad, igualdad y justicia que la Revolución significó para los mexicanos, siguen impulsando la unidad, identidad y esperanza de Nuestro Pais.